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lunes, 17 de octubre de 2011

El abusón. Otra forma de cuerpo triste

Para exponer uno de los cuerpos de la actual sociedad, uno de los cuerpos de ahora, empezamos refiriéndonos a la definición de la RAE, que entiende abusar como el mal uso, de forma excesiva, injusta, impropia e indebida de algo o alguien (de menor experiencia, fuerza o poder), un trato deshonesto.

Por ello, hablamos de un abuso en general, de una forma de actuar en aquellas personas que no sienten respeto hacia alguien o algo, y no de una forma concreta de ello, pues el abuso está en todas partes: son el abuso hacia los débiles (escuela, malos tratos), hacia lo diferente (machismo, xenofobia, racismo), hacia los cuerpos (drogas, prostitución, violaciones), hacia los más vulnerables psicológicamente (insultos, manipulaciones, marginación), hacia el poder (dictadura, sobornos, caciquismo)… hacia una falta de moralidad en aquellas personas que lo practican o lo toleran.
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Una muestra de que el abuso está en todas partes es la realidad diaria de noticias que se nos presentan en los diferentes medios de comunicación, y que hacen de este un problema muy importante en nuestra sociedad y en el mundo.

Son numerosos los casos de tráfico de menores, los malos tratos en las aulas, la violencia de género, las rencillas entre bandas raciales, los casos de corrupción… todas noticias en primer orden del día.

Muchos de los actos se producen con una falta de remordimiento por parte del agresor, desconociendo su error, la maldad de sus actos, donde la falta de moralidad llega al extremo. Estos son los casos que parecen insalvables. Pero todo no está perdido, pues dentro de este problema puede haber una LUZ, una luz en forma de programa de rehabilitación, o de condena, o de una “lección de esas que da la vida” que produzcan un cambio en nuestro ser que nos haga replantearnos todo el mal que hemos hecho, y afrontar así con fuerzas una nueva forma de pensar y actuar.

2 comentarios:

  1. No se dice algo así como "condena el delito y compadece al delincuente"? No hace falta más que darse un vuelta por la cárcel para ver quién y porqué para por allí. Allí, en la alfombra bajo la que se meten las miserias de nuestra sociedad, No son frecuentes personas de clase media, alta, ni con entornos familiares estructurados. No son inocentes, pero tampoco enteramente responsables. Algo habrá que hacer. Como dice Marina, lo que no soluciona la escuela, lo soluciana la policía

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  2. Completamente de acuerdo con la primera frase, pero entonces... si no son responsables, ¿quien lo es? ¿la sociedad? ¿la escuela? ¿la familia?
    Siempre se podrá trabajar por un mundo mejor, pero la perfección no existe

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