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miércoles, 26 de octubre de 2011

Del odio a la consternación..


A tres días del fallecimiento de Marco Simoncelli al sufrir una brutal caída en el Campeonato del Mundo de MotoGP en el circuito de Sepang, medio mundo sigue consternado con tal acontecimiento, como si de un héroe se tratara.
Sin embargo, la realidad es otra muy distinta, ya que la imagen que ofrecía este piloto antes de tal acontecimiento, dentro y fuera del mundo del motor, discrepaba con la que se puede tener de un piloto ejemplar: formal, prudente, y respetuoso con el resto. 
De hecho, no solo sus conductas fuera de pista han sido la causa de muchas polémicas, sino también su estilo de conducción arriesgado y desafiante, le ha hecho ponerse contra las cuerdas en más de una ocasión; y lo que es peor, poniendo en juego la vida de muchos otros pilotos.
Por lo que, se hace evidente que gran parte de aficionados y seguidores de este deporte sobre ruedas, incluso pilotos y demás personal de otras escuderías, auguraran en más de una ocasión más de un mal para este carismático piloto.
No obstante, a día de hoy habiendo ocurrido este lamentable suceso ya no quedan deseos de derrota para este sujeto, ni palabras malsonantes o pensamientos negativos siquiera. Al contrario, hasta los más afectados por más de una de sus precariedades han destacado todo lo positivo, que ha aportado este gran piloto al mundo del motor y al deporte en sí, y le han deseado lo mejor allá dónde esté. 
Por lo tanto, es curioso a la par que destacable, el hecho de que todo un colectivo tan amplio y heterogéneo, repleto de seguidores, detractores y demás sectores de población, sea capaz de establecer un vínculo de unión tan inmensamente grande para rendir homenaje a tantos ilustres profesionales del deporte, como es hoy Marco Simoncelli.

Es por eso, que en momentos como éste, solo me sale preguntar si... ¿Es necesario llegar a situaciones tan extremas para concienciarnos y establecer mayores vínculos de unión?

No puedo dejar pasar esta ocasión, y aprovecho para haceros recordar a este gran piloto como se merece y no como lo muestran reiteradamente en el fatal accidente, Vuela alto Marco.

3 comentarios:

  1. Sí, es curioso. En estos días, el rugido de los hombres-máquina ha dejado paso al comunicativo silencio de los abrazos.

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  2. Yo añadiria otra pregunta: ¿es cierto el vinculo de union que se establece? Obviamente ninguno desea la muerte de otro piloto, pero ¿realmente siente esa unión o es una mera formalidad?

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  3. En mi opinión, son ciertas similitudes en las conductas lo que produce esa unión. Cuando aparecen tales desgracias, las individualidades se unen, bien por respeto a los afectados y/o bien para superar el miedo que les supone el recuerdo de tales hechos, pues saben que puede pasarle a cualquiera. Y no me refiero únicamente al ámbito deportivo

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